miércoles, 1 de octubre de 2025

Jazz en Dominicana - Serie Entrevistas 2025 - Héctor Santana - 2 de 3

Jazz en Dominicana - Serie Entrevistas 2025 - Héctor Santana
2 de 3

Le pedí a mi gran amigo Guy Frómeta, baterista y productor, que me escribiera lo que sería la introducción a la segunda parte de nuestra entrevista a Héctor Santana, que gustosamente aceptó. A continuación sus palabras:

Es muy difícil para mí hablar de alguien que quiero tanto sin no salirme de contexto, Hector es alguien con quien he compartido prácticamente mi vida desde muy temprana edad, ha estado presente siempre en todo momento, en los buenos y los malos, un amigo incondicional, un hermano que me regaló la vida...

Héctor es un norte para mí, en lo personal su comportamiento, sus actos, su familia, es un ejemplo a seguir. En la música, su actitud, su entrega, es admirable y como bajista, sigue siendo uno de mis bajistas favoritos, el desborde de talento que posee es excepcional, es innato. La gente no lo sabe pero Héctor es autodidacta completamente!

Ambos venimos de una generación donde hacer música era compartir sueños, compartir vivencias.. pienso que todavía hoy, después de haber tocado con mucha gente distinta, ese sigue siendo uno de los aspectos más importantes de mi crecimiento como músico, y eso se lo debo a él..

Hector es de los pocos músicos con quien tengo una verdadera "confianza musical" (No se como explicarlo pero es una sinergia que va más allá de lo técnico).

Nos conocimos en la escuela en el 1982 y desde ese momento, raras veces no hemos estado tocando juntos.

Se que a él no le gusta que digan nada de esto pero su influencia en los músicos y la música Dominicana es innegable.

La mayoría de la gente conoce de Hector sus múltiples grabaciones con Juan Luis [Guerra] que marcaron un "Antes y Después" en la música popular dominicana.

Sus líneas de bajo, su interpretación, el sonido, estaban años luz de lo que se hacía en ese entonces...

Yo he tenido el privilegio de tocar junto a él en un sinnúmero de grupos que tuvieron mucha trascendencia en la música local, proyectos que con los años es que te das cuenta de la magnitud que tenían (Luis Dias & Transporte Urbano, La Société, OFS, Sonia Silvestre, Manuel Tejada, Victor Victor, Jose Antonio Rodriguez, Gonzalo Rubalcaba, Patricia Pereyra, entre otros).

Hector sin saberlo (y sin proponérselo) cambió la forma de tocar el bajo en nuestro país... Yo espero que en algún momento las pocas grabaciones que existen de los 80 's-90' s salgan a la luz y la gente pueda escuchar por qué Hector es tan grande e importante en la música Dominicana... 

Con esas palabras damos inicia a esta segunda de tres entregas de nuestra entrevista. Gracias Guy!!

Jazz en Dominicana (JenD): Vienes tocando por mucho tiempo, y en muchos estilos y géneros a través de todos estos años. ¿Como han sido estas aventuras musicales?
Héctor Santana (HS): La palabra es “impresionantes”. Es maravilloso poder abordar diferentes estilos musicales. Tengo la impresión de que, para muchos músicos, incursionar en un nuevo género es simplemente un reto técnico. Y como la técnica es la gran fortaleza de estas generaciones, es algo que hacen rápidamente, sin agotar procesos. Digo esto como marco para responder un poco más profundamente la pregunta. Pienso que los géneros musicales deben abordarse desde una posición de gran respeto y mucha humildad. Me refiero a que los estilos se construyen en el tiempo y son el resultado del sudor, la sangre, las alegrías, los triunfos y fracasos de grupos humanos que convergen en aspectos socioculturales, económicos, espirituales, etc. Nunca se trata solo de técnica, sino del corazón.

Digo esto para que entiendas que, ya que afirmo que me he adentrado en muchos géneros, imagines la satisfacción que he experimentado si a cada uno los he tratado con el debido respeto y humildad. Estas “aventuras musicales” han significado dosis elevadas de temor reverente que rápidamente pasan a gran expectativa, alegría, entusiasmo, involucración y, finalmente, un sentido de verdadero aporte que produce mucha satisfacción.
JenD: Nombra algunos de los grupos con los que has tocado, sus estilos o géneros, y que fueron estos para ti.
HS: Túcaro & Dabán. Una banda que abordaba fusiones de jazz y rock, sin dejar de incluir música muy contemporánea y canciones de bandas emblemáticas de los EE. UU.; todo con una entrega muy fuerte y atractiva. A Nick Silfa le debo la pasión, la importancia de la disciplina férrea y el valor de la amistad que permanece. Es impresionante la profesionalidad con la que nos manejábamos en un tiempo en que, a la vez, éramos muy bohemios.

Armand Gordon et son JazzBand. Jazz tradicional europeo muy influido por el ragtime, el dixieland (New Orleans jazz) y hasta el swing temprano. Pude desarrollarme como contrabajista y aprender los colores que dieron inicio a todo el movimiento del jazz, además de codearme con músicos nativos del género. Una gran y única experiencia.

Los Bemols (Rafelito Cepeda). Para ser justos, en realidad no toqué propiamente con Los Bemols, donde sí tocaba el gran Enriquito Bretón (bajo) y José Emilio Valenzuela (batería). Participé en una etapa tardía, pero especialmente importante para mí. Con Rafelito pude perfeccionar los diferentes ritmos de la música dominicana combinada con lo que pudiéramos llamar “música de entretenimiento”, que incluía boleros, colores brasileños, cubanos y hasta de distintos países europeos y de América. El gusto de Rafelito y su manera impecable de hacer esa música —a la que a veces le restamos importancia— fue una gran escuela para mí. Por eso lo coloco entre mis maestros.

Luis Díaz y Transporte Urbano. Esto es clase aparte. Ser fundador de Transporte Urbano me pone en un lugar único, el cual no debería corresponderme. Luis Díaz puede ser el talento más subestimado, ya que su valor, profundidad e influencia van más allá de lo que la mayoría se imagina. Con él aprendí la fuerza que se comunica, el discurso que se transmite, a comprender lo crudo de la realidad de donde se desprende el “folklore” y la magia que envuelve la entrega de una propuesta relevante.

Sumando Doce. Música de contenido cristiano con mensaje profundo para la reflexión, aunque a veces ligera en sus canciones alegres. Vino a ser un referente para otras bandas y muchos dicen que estaba adelantada para su época, en los ochenta tempranos.

Juan Luis Guerra. Aunque no formé nunca parte de la banda y solo participé en un par de presentaciones, sí tuve la dicha y gran privilegio de participar en las grabaciones de muchos de los principales éxitos entre finales de los 80 y finales de los 90. Tuve la oportunidad de poner mis aportes en una plataforma en la que todo “estaba en su lugar”. Es impresionante poder ser parte de música para la historia.

OFS. Fusión en su máxima expresión. Juan Francisco Ordóñez y Guy Frómeta son verdaderos hermanos porque hemos compartido toda la vida, en términos musicales y vivencias —especialmente, claro, hasta que estuve activo en el ámbito musical; de eso hace cerca de 20 años ya—. OFS nos permitió cultivar nuestra propia identidad como músicos y crear un sonido fresco; ruidoso, que se tornaba tierno en muchas ocasiones. De paso, nos fue fácil transicionar (sin dejar de existir) a otras expresiones como Transporte Urbano y fundirnos con figuras como Sonia Silvestre, Víctor Víctor, Manuel Tejada, etc.

Manuel Tejada Band. Jazz, jazz latino, fusión. Debo quitarme el sombrero ante el talento y la majestuosidad de Manuel, que nos acogió —principalmente a Guy y a mí— de manera entrañable. Le estoy sumamente agradecido y lo respeto como un gran músico. Me retó de formas que, en ocasiones, sentía que me quedaban grandes.

Jordi Masalles y Tiempo Libre. Clásicos del jazz y alguna música experimental y de fusiones. Jordi y yo hemos desarrollado una relación de complicidad en el último tiempo, ya que tanto él como yo tenemos “otros intereses” más allá de la música. Un gran amigo que perdura en el tiempo.

JenD: Pastor, productor, orador/charlista y músico son solo algunas de las facetas que forman parte de ti. ¿Como te haces para ponerte tantos sombreros en el día a día?
HS: Y eso que no estás incluyendo la parte de tecnología. Antes debo decir que mis días tienen 24 horas como los de todos. No sé cómo lo he hecho, pero es cierto que he estado librando tantas batallas que muchos me han recomendado —con buenas intenciones y no sin razón— que esté en menos cosas. La verdad es que Dios me ha dado la salud, la mente, las fuerzas y la pasión para involucrarme en lo que me ha puesto por delante. Y debo decirte que, de verdad, he rechazado muchas cosas; me he apartado de otras. He tomado decisiones dolorosas para abandonar proyectos, etc. Te dije que, al ser autodidacta, abordo la vida de manera un tanto diferente a la mayoría. Puedo llevar muchos sombreros conmigo, pero solo puedo ponerme uno a la vez. No soy de hacer dos cosas al mismo tiempo. Así que, en ese aspecto, puedo decir varias cosas: soy muy disciplinado, mis días son muy largos, necesito dormir poco y descanso muy bien, he sido —a mi entender— extremadamente saludable hasta ahora, solo me involucro en lo que me apasiona y tengo un fuerte sentido de llamado, y trato de tener un correcto sentido de lo prioritario. Esto último significa que, en ocasiones, hay que abandonarlo todo y agarrar solo algo por breve tiempo; ese algo ha de ser lo más importante. A todo esto debes sumar que disfruto mucho de mi familia y soy muy intencional en sacar tiempos (cantidad y calidad) para construir relaciones que beneficien a los hijos de los hijos de mis hijos.

JenD: ¿Como encuentras o haces tiempo para la música? ¿Que significa ésta para ti?
HS: Estás entrando en preguntas que me humillan, y para las que no soy buen ejemplo. Resulta que, efectivamente —como refería en la pregunta anterior—, hago muchas cosas. No puedo decir que mi vida es la música. Sí puedo decir, con toda propiedad y a gran voz, que soy músico y que la música se mezcla con todos los aspectos de mi existencia. Músico no es lo que haces; es lo que eres. Habiendo dicho eso, no tengo tanto tiempo para la música, pero a la vez siempre está presente. Estoy dispuesto a abrir huecos para proyectos musicales de vez en cuando.
JenD: ¿Practicas mucho? Que rutinas utilizas y recomiendas para mejorar habilidades musicales?
HS: Ahí no puedo ayudar en lo absoluto. En esto nunca tuve disciplina, y mucho menos ahora. En mi tiempo escuchaba mucha música y practicaba bastante, sobre todo para emular a los bajistas que me inspiraban, y luego aportaba mis propios colores. No puedo decir nada sobre rutinas para mejorar las habilidades, pero sí tengo algo que decir a los músicos: tengan algo que contar y una forma muy propia de hacerlo. El legado que dejas no tiene que ver tanto con cómo desarrolles tus habilidades (aunque es necesario), sino más bien con qué tan interesante sea lo que tienes que comunicar, qué tan efectivo seas al comunicarlo y, al hacerlo, qué tan singular sea la manera en que entregas el mensaje. Parece un juego de palabras, pero no lo es. Si tan solo dejo eso a las próximas generaciones, estaré satisfecho.

JenD: ¿Tocas o prefieres algún tipo de bajo en particular (marca/n.º de cuerdas)?
HS: En realidad no. Veo el bajo como el medio por el cual voy a transmitir el mensaje. Cuando tengo uno en las manos, me pregunto cuál es la mejor manera de entregar lo que quiero entregar con lo que tengo. Pero sí puedo dar unas notas de preferencia: 5 cuerdas, fretless, cuerdas no muy finas, la acción un poco incómoda (cuerdas más altas de lo que prefieren los bajistas orientados a la velocidad), y un timbre donde se destaquen las frecuencias medias-bajas, a menos que tenga que tocar slap. Eso es cuanto.

JenD: ¿Que música escuchas en estos días?
HS: Solo los clásicos del jazz; mientras más minimalista, mejor.

JenD: Tanta música a través de tantos años … ¿Has compuesto temas para ti o para otros? (Si la respuesta es si: ¿Has pensado en grabar algún día?)
HS: He hecho algo, pero bastante insignificante. Solo hay un tema instrumental que compuse y al que alguien puso letra, y quedó plasmado en una producción de Sumando Doce. Sé que tengo talento para crear música, para arreglar y para producir. Pero prefiero, en la música, ser únicamente bajista ejecutante. En los años 80, por ejemplo, yo era de los pocos músicos muy orientado a la tecnología en otros aspectos de mi vida. Y cuando vino el auge de mezclar computadores y música, muchos me preguntaron por qué no aprovechaba mis ventajas comparativas para usarlo con la música. Mi respuesta siempre fue: “no quiero mezclar una cosa con la otra”. Cuando hablas de que “produzco” eventos, es verdad; pero lo he hecho en parte por necesidad. Porque en el momento en que comencé a producir música de orquesta de contenido cristiano no veía a nadie haciendo lo que yo empecé a hacer; vi una necesidad más que una oportunidad. En ese momento me propuse mostrar al pueblo cristiano que había opciones más allá del worship y que estábamos perdiendo la riqueza de la música de formato orquestal. También tengo un fuerte interés por la influencia cristiana en las artes y sirvo como enlace y propiciador de eventos y espacios —podríamos decir— experimentales para esas manifestaciones.


Con esta palabras de Héctor llegamos al final de la segunda de tres partes de nuestra entrevista. Compartimos su actuación en nuestro espacio de Jazz Picante en La Cantina del 2011: Jazz a primera vista tocan su versión de Cantaloupe Island en el espacio de Jazz Picante en La Cantina el miércoles 30 de Noviembre del 2011. Rafelito Mirabal (piano); Guy Frometa (batería); Carlito Estrada (saxo alto) y Hector Santana (bajo). El tema está disponible en YouTube, y el enlace es - https://www.youtube.com/watch?v=9cHEIv1gQ1E

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