lunes, 29 de septiembre de 2025

Jazz en Dominicana - Serie Entrevistas 2025 - Héctor Santana - 1 de 3

Jazz en Dominicana - Serie Entrevistas 2025 - Héctor Santana 
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A finales del 1981 estaba como uno de los sub-gerentes del Hotel Sheraton y en una reunión de gerencia el Gerente General, Joaquin Jessen, quería saber que se podía hacer para que La Canasta (reconocido restaurante que se llenaba despues de la 1AM por sus caldos, sandwiches y otros) tuviera público entre 6:30PM y media noche. Lancé la idea de proponerle a NIck ¨Túcaro¨ Silva, quien ya tocaba con su banda completa Túcaro & Dabán los fines de semana en el área de la piscina, que tocara en formato de trío. Fue acogida por la gerencia y luego por Nick, y así comenzaron unas exitosas noches de jazz con Nick en la batería, Juan Francisco Ordóñez en la guitarra y Héctor Santana en el bajo!

Ahí conocí a Héctor e iniciamos una larga amistad. Quien iba a saber que 25 años despues iniciaría Jazz en Dominicana y el tocaría en nuestros espacios con Túcaro y Juan Francisco; con OFS (Ordóñez, Frómeta y Santana); con Jordi Masalles & Tiempo Libre; y que llevaría varias agrupaciones que trajo al país a varios de estos espacios.

No hace mucho, en una de las noches en el Fiesta Sunset Jazz, nos sentamos a conversar y le formulé el deseo de entrevistarlo para nuestra serie de entrevistas de éste 2025, a lo cual el gustosamente accedió. El resultado queda plasmado en estas entregas que conforman: Jazz en Dominicana - Serie Entrevistas 2025 - Héctor Santana

Antes de iniciar conozcamos a Héctor, con sus propias palabras:
Fernando, nací en la República Dominicana, donde he vivido toda mi vida, de padres cristianos de clase media muy productiva. Aunque nací en Santo Domingo, me siento eminentemente cibaeño porque es la tierra de mis padres, sobre todo Santiago. Mi pasión por la música y la tecnología completa los intereses que me definen, los cuales, junto a la fe, orientan la mirada que tengo de la existencia.

Desde muy temprano me incorporé a la música, tanto como placer que me permitía dar rienda suelta a la creatividad, como también de manera profesional. Me destaqué principalmente como músico de grabaciones, acompañando artistas extranjeros y locales, y siendo fundador y parte de bandas de diversos géneros musicales.

En el área de la tecnología, oficio que desempeñé a la par de la música, me destaqué como desarrollador de software para pequeñas y medianas empresas y, en una etapa posterior, dirigí el área de informática de dos de los principales periódicos de la República Dominicana.

Mi fe genuina me llevó a involucrarme cada vez más en mi iglesia local, hasta llegar a servir como pastor de una comunidad cristiana en el sector de Bella Vista, en Santo Domingo, desde 2003, posición que ostento hasta la fecha.

Me casé con Patricia en 1991, a quien amo entrañablemente, con quien he procreado tres hijos que, a su vez, me han dado la dicha de tener tres nietos, por el momento.

Con esta auto-presentación damos inicio a nuestra primera de tres entregas:

Jazz en Dominicana (JenD): Iniciamos la entrevista pregunto ¿¨Quien es Héctor Santana según Héctor Santana ¨?
Héctor Santana (HS): Soy un procesador de información y experiencias que vive ajustando su concepto del buen vivir en esta tierra. Desde la perspectiva de mis convicciones espirituales, que dan forma a mi cosmovisión, la vida es un espacio donde se nos coloca con una serie de herramientas y carencias para desempeñar un rol único con un sabor peculiar; dejar huella en la existencia de otros que determinarán lo que permanecerá de nuestra memoria, a lo que llamamos legado. Ese propósito último conlleva una dimensión, obviamente, espiritual, pero también eterna. Al verlo así, esta vida no es la vida; es la oportunidad para hacer lo que solo podemos hacer en esta esfera terrenal. Es maravillosa.
JenD: ¿Donde naciste y creciste?
HS: Nací en Santo Domingo, República Dominicana. No quise haber nacido en ningún otro país y pienso que soy orgullosamente dominicano. Hay tanto en nuestro trasfondo histórico-cultural que me hace mucho sentido y me siento cómodo con ello. Pasé mis primeros cinco años en mi ciudad natal, pero luego viví tres años en Santiago; años que, a pesar de mi corta edad, me llevaron a identificarme con mis raíces cibaeñas. Amo a Santiago y a Puerto Plata como si hubiera nacido por esos lares.

JenD: ¿Como te inicias en la música?
HS: Definitivamente creo que la música fue un “chip” que me fue colocado en el vientre de mi madre. Aunque mis padres no son músicos, no hay que hacer un gran esfuerzo para darse cuenta de que algo pasó por mis venas, por decirlo de algún modo. Mi papá declamaba poesías y, desde muy niño, me inculcó el aprecio por ese género. Mi abuelo paterno, por su parte, era decimero y declamador; un verdadero artista creativo. Hermanos de mi papá tenían un orfeón, una especie de pequeño coro con voces masculinas. Resulta que eran 25 hermanos y varios de ellos, sobre todo los varones, tenían vocación para el canto. Del lado de mi mamá, sus dos hermanas conformaban un dúo que cantaba en la Voz Dominicana en la época de Petán Trujillo. Desde niño, a mí y a mi hermano Rafael nos regalaban principalmente instrumentos en vez de otros tipos de juguetes. Pienso que esto despertó esa inclinación de una manera muy sutil, pero sin lugar a dudas. Siendo mi hermano Rafael dos años mayor que yo y dando pasos antes que yo en el aprendizaje de instrumentos, a eso de los 11 años tomé una guitarra acústica por primera vez.

JenD: ¿Por que escogiste el bajo?
HS: El bajo me escogió a mí. Tengo una teoría: los instrumentos, a menos que terceros nos los impongan, se eligen de acuerdo con varios factores; uno determinante es la personalidad, la manera de ver la vida y las propias batallas internas. Lo que voy a decir no es científico, pero puedes ver rasgos distintivos que predominan en quienes escogen determinado instrumento. Aunque no los evidencien externamente, en su interior están allí. El bajista, por lo regular, es alguien bastante reflexivo, metódico, con un mundo interior peculiar. Tanto el bajo como la tecnología, en mi adolescencia, se correspondían con alguien que prefería expresarse libremente un poco distante de la atención de la gente. No soy muy social por naturaleza, y más bien introvertido.


Habiendo dicho eso, la ocasión fue la siguiente: estaba aprendiendo un poco de guitarra, cosas muy básicas en una academia de la época; de las pocas que existían en Santo Domingo. Mi hermano Rafael formó, junto a otros jovencitos, un conjunto para tocar música cristiana. Resulta que el grupo tenía un viaje a Puerto Rico y al bajista le dio paperas. Me preguntó si yo podría tocar bajo para sustituirlo y lo demás es historia. Tomamos una guitarra, le pusimos un micrófono, cambiamos las cuerdas por unas de bajo, me aprendí el repertorio, hice el viaje y grabamos una producción. Esa producción es de finales de 1977; yo tenía 13 años.
JenD: ¿Quienes fueron y son tus influenciadores?
HS: Definitivamente tengo tres grandes figuras que captaron toda mi atención desde mis inicios hasta el día de hoy: Jaco Pastorius (su primer álbum homónimo), Charles Mingus (especialmente su álbum “Mingus Ah Um”, de 1959) y Mark Egan (de manera particular en su trabajo con Pat Metheny; por ejemplo, “Airstream”). Para que tengas una idea de cómo percibo el rol del bajo, debes escuchar “Goodbye Pork Pie Hat” en su versión original en el álbum de Mingus que te referí. A eso le añades el sentido melódico y un tanto sonoro de Jaco, y, finalmente, la visión más “reflexiva” de Egan, como la aplica en “Airstream”, que, aunque puede parecer un abordaje simplista, es sumamente complementario; prepara una plataforma perfecta a la guitarra de Pat como instrumento que comunica la línea principal, pero que a la vez “cuenta su propia historia”. Eso de contar nuestra propia versión de la historia a través del bajo es lo más importante para mí, y es algo que me deben haber escuchado decir en muchas ocasiones.

Solo para agregar dos o tres nombres a la lista, debo mencionar a Stanley Clarke como alguien que observé y admiré bastante. Ron Carter es inmenso. Charlie Haden, junto a Mingus, son mis favoritos. Como bajistas de sesión, acompañantes: Louis “Thunder Thumbs” Johnson, Freddy Cotting, Abraham Laboriel, Anthony Jackson (en su rol de músico de sesión, no como bajista de jazz). Y aquí incluyo a Gary King, por el rol que juega en la música de Chuck Mangione. Este último, junto a quienes participaron en las producciones de Michael Jackson (y que refiero aquí), me aportaron el sentido de un bajo con un sonido impecable, ocupado, pero que no roba protagonismo a otros instrumentos, sino que se sirve con libertad de los espacios que le corresponden.

No haría justicia a la pregunta si no incluyo algunas bandas; no exclusivamente por los bajistas, sino por el conjunto del concepto, y que me aportaron mucha profundidad cada vez que participo en un proyecto. Estas son (no exclusivamente): Weather Report, Dave Brubeck Quartet, Steely Dan, Cat Stevens, Miles Davis, Ornette Coleman, Pat Metheny, Djavan, Earth, Wind & Fire, Jethro Tull (en su versión más acústica: “Mother Goose”), Pink Floyd (The Wall), Level 42 (“Lessons in Love”), Gino Vannelli (Brother to Brother).

JenD: ¿Quienes o cuales profesores te ayudaron a progresar a los niveles que has llegado hoy día? ¿Donde y como fueron tus estudios?
HS: La razón por la que dediqué tanto tiempo a la pregunta anterior es precisamente por la corta respuesta que tengo para esta. No tuve ningún profesor formal. Mis maestros fueron las influencias anteriores y consejeros informales bien aprovechados. En orden un poco cronológico, pero no exclusivamente: Rafael Santana, Rafelito Cepeda, Luis Díaz, Sonia de Piña, Elena (profesora de violonchelo en el Conservatorio), el bajista francés de Armand Gordon, Nick Silfa.
¿Lo ves? Pienso que en mi caso tiene que ver con la forma en que veo la vida, lo innato y la manera como he aprendido cada cosa. Soy eminentemente —y casi exclusivamente— autodidacta. Ahora bien, debo aclarar que ser autodidacta no significa estar lleno de uno mismo o simplemente hacer las cosas a su manera; nada más lejos de eso. Ser autodidacta, como lo veo, es tener una sensibilidad muy particular y una capacidad poco común de aprender por observación, con procesos mentales peculiares que, al final, producen una forma única de aplicar el conocimiento adquirido. Aunque esto es raro, no es extraño. Salvando las distancias, y solo como dato complementario, figuras como Thomas Alva Edison en la ciencia, Leonardo da Vinci en el arte, Thelonious Monk en el jazz, Abraham Lincoln como figura política y —qué mejor ejemplo que— nuestro ilustre profesor Juan Bosch.


Con esta respuesta llegamos al final de esta primera de tres partes de nuestra entrevista. Al final de cada una estaremos compartiendo unos temas en los que Héctor a tocado, empezando por: Un nuevo día (2001) - Juan Francisco Ordóñez. Con Juan Francisco Ordóñez en Guitarras; Guarionex Aquino en Percusión; Hector Santana en Bajo; y, Guy Frómeta en Batería. El tema está disponible en YouTube, y ell enlace es - https://www.youtube.com/watch?v=WQTGcml5A0w

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