jueves, 18 de octubre de 2007


Jazz en Dominicana en Casa de Teatro: Las Damas del Jazz

Hay noches en Casa de Teatro y hay noches en Casa de Teatro. Noches especiales, noches mágicas, noches donde todo se puede, noches donde se cumplen sueños. Anoche fue una de esas noches, llena de toda la magia que la Casa brinda, y se cumplieron varios sueños. El Duende anda hoy por algún lado con sonrisa en cara.

El espacio “Jazz en Dominicana en Casa de Teatro” trae miércoles tras miércoles variadas ofertas para un público conocedor y merecedor de las mismas, que semana tras semana está en creciente asistencia. Anoche se denominó “Las Damas del Jazz”, con un programa que incluía un concierto de Norah Jones en pantalla gigante como antesala a la parte principal de la noche, un pequeño concierto de Shara Viñas acompañada por Ania Paz. Del concierto de Norah no hay que abundar, el mismo es excelente, la Jones tiene por delante una tremenda carrera.

Shara, es una excelente vocalista que es muy conocida y respetada en el mundo de nuestro rock dominicano. Hace un tiempo ella tenía un sueño, quería cantar Jazz, quería seguirle los pasos a las grandes divas del género, a Lady Ella y Sarah. Tenía un sueño de cantar Jazz Lounge al estilo de una Peggy Lee, o de una Julie London y tantas otras.

Anoche la magia de la Casa se junto con el sueño de Shara y éste se hizo realidad, ella cantó Jazz, y de que manera, que voz tiene, que manera de manejarse en la tarima. Nos deleitó a todos con una selección de estándares de antaño que hicieron recordar a muchos de los mejores “Lounges” de los años 50’s cuando un pianista y un vocalista se juntaban para durante horas hacer pasar agradables y memorables momentos a todos.

Durante par de semanas Ania y Shara habían estado trabajando arduamente para que esta rockera pudiera pasar al mundo del Jazz, y lo lograron. Con un variado repertorio de 8 piezas especialmente escogidas para rendirle tributo a las 8 cantantes que las hicieron famosas, Viñas hizo uso de su instrumento de excelente manera, a veces fuerte, otras suaves, según cada canción le demandaba. Ania estuvo magistral en el piano, acompañándola nota a nota con una especial entrega, se le notaba la ilusión, el cariño y afecto que le había tomado a Shara, y esto salió a flote en las notas que salían del piano.


Las cosas que ocurren en este espacio no están escritas en blanco y negro, no hay un guión formal, al igual que el Jazz hay improvisaciones que se dan al momento y de éstas surgen muchas cosas buenas. Terminando la cuarta canción de la noche, Shara baja de la tarima y le cede el micrófono a la vocalista Maggie Rodríguez, quien nos canta dos piezas brasileñas que dejan un rico sabor en los paladares de los presentes. Vuelve Shara y termina su participación arrancando olas y olas de aplausos de todo el público.


Y ya cuando se creía la noche acabaría, Ania siguió tocando, logrando que todos disfrutaran de dos de sus composiciones originales.

“La noche de anoche, revelación maravillosa” dicen las letras una de las más bellas canciones que se han escrito, y así mismo fue la noche de anoche: Maravillosa!!!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Fernando,

Leyendo tu crónica re-viví lo lindo y especial que fue la noche de anoche.

Yo agragaría, tomando el título de una de las películas de la epoca de las canciones de anoche "A Star is Born", anoche vimos nacer una estrella del canto del jazz en este excelente espacio que Octavio y tu han creado.

LC

Anónimo dijo...

Excelente fernan.

Que manera de llevar hasta nosotros, las exquisitas presenciones de todos los Miercoles en Casa de Teatro... Se puede sentir la vibra de los instrumentos, a travéz de tus palabras,,,

Una véz más, felicidades y que sigan los exitos....

Saludos.

Francia

Anónimo dijo...

Fernando,

Quería agradecerte todo lo de anoche, que de verdad la pasé muy bien, y estoy bien emocionada con esta nueva actividad que has logrado en Casa de Teatro.

La verdad te felicito y tengo mucho que comentar, me parece genial y cada vez que he ido he sentido una energía muy positiva y musical.


Un abrazo,

Ania