viernes, 20 de julio de 2007

Festival de Jazz de Casa de Teatro: Señores, Prisca es Prisca!!!

Que regalo nos hicieron anoche tres excelentes seres humanos que desde Venezuela nos deleitaron con una muy original oferta musical. Freddy, Freddy Arturo, Celestino y unos cuantos más estábamos de risitas, pues bien sabíamos que íbamos a presenciar algo que dejaría a todos los presentes marcados, satisfechos, con sonrisa en cara, con alegres sentimientos recorriéndoles por todo el cuerpo. Y así fue, el sexto concierto del Festival de Jazz de Casa de Teatro nos trajo a la joven artista Prisca Dávila y su trío a deleitarnos con su “música venezolana jazzeada”.

Los críticos de música siempre tienden a comparar a un artista con otro, no por irrespeto, sino como manera de referenciar, como manera de comparar. A Prisca la han llamado la Diana Krall de las Américas, la Elianne Elías de Venezuela; pero señores Prisca es Prisca, y después de anoche de eso no hay la menor duda.

Ella nos hizo un regalo poco común en un concierto de Jazz, ella nos llevó en un placentero y gratuito viaje a Venezuela. Cada una de las 17 canciones del programa fueron especialmente escogidas para llevarnos por las diferentes provincias de la hermana República. Caracas, Zulia, los llanos, la zona oriental, la amazonia venezolana, entre otros fueron las paradas que hicimos en cada pieza. Pero no sólo nos llevó, sino que como excelente guía turística que es (por no decir profesora de historia) nos explicó cada género musical de cada pieza, el por qué de los ritmos, los variantes, de donde venía, la importancia de ella en el folklore de su país y anoche, a través de la música que magistralmente tocaron, logramos viajar por ese país tan rico en su tan variada cultura.

Joropos, Merengues (Normales y Caraqueños), Tonadas, Danzas, Golpes (Larenses y Tuyeros), Folklore (Llanero, Oriental e Indígena), Onda Nueva y Pajarillos entre otros conformaron la oferta de la noche. Cada uno debidamente explicado, cada una de las diversas zonas venezolanas, cada una especial, cada una exquisita. Tiempos 6x8 y 5x8 dominaron en muchas de las piezas.

Tengo que destacar la excelencia de sus músicos, Giovanni Ramírez en el bajo y Miguel Hernández en la batería. Giovanni maneja asombrosamente el bajo de 5 cuerdas, es todo un maestro marcando solidamente a través de todo el concierto, incansable luce este joven, llama mucho la atención la sencillez con la que se comporta y toca, nunca sobresaliendo pero siempre presente. Qué decir de Miguel, que bárbaro es este muchacho, como maneja la diversidad de ritmos durante el concierto. Es extremadamente difícil el lograr emular los sonidos de tamboras, congas, palos, y otros instrumentos “del campo”, aquellos usados por siglos recreando los ritmos afro-venezolanos, pero Miguel lo logra, así nos deja ver lo grande que es como músico.


Prisca, que se puede decir de Prisca. Es toda una belleza por fuera y más aún por dentro. Nos dejó ver, escuchar, sentir toda su pasión, todo lo que ella es a través del manejo del piano, de su canto, de sus composiciones y arreglos. A veces (ahí vienen las comparaciones) sonando a un poco a David Benoit con un poquito de Bill Evans en el piano; Tania María en voz; pero definitivamente todo el tiempo era y es Prisca, de eso no hay duda. Ella tiene su sonido y el mismo es de lo más placentero, refrescante y original que he escuchado. Flota por todo el teclado, a veces sus dedos como mariposas que suavemente se posan sobre florecillas en el campo, otras veces con fuerza imprime su carácter sobre las 88, siempre en total dominio de estas.

Arranca el concierto con un joropo (El Negro José) que llena la sala de la algarabía que salen de los llanos venezolanos; para seguir con su composición “Frigiando Merengue” un merengue caraqueño con aires flamencos que pone la sala a menearse en sus asientos por el contagioso ritmo en 5x8. Pasa de inmediato al folklore llanero “Zumba que Zumba” y con toque y canto alegre, no es difícil cerrar los ojos e imaginarse a la niña que alegremente canta y baila mientras recorre su camino. Le sigue otro folklore, este oriental y la canción “Mare mare” nos deleita a todos; esta canción hace que se luzca el trío, todos juntos, no se destaca ninguno, pero se destacan todos; fácil es “ver” a los niños jugando, correteando a través de esta tan bella canción.

La tonada “Lucerito” nos deja ver su entrenamiento clásico, tanto en el piano como en su voz y quizás en esta más que ninguna otra es que se le puede comparar a la Krall y a la Elías. Canción que te invita a estar en profunda paz. Y de repente arranca con la onda nueva de Aldemaro Romero “Carretera”, propicia canción para este viaje por toda Venezuela. Podemos “ver y palpar” los llanos, las montañas, la falda de la cordillera y tantos bellos paisajes por medio de esta canción de contagioso ritmo y bella letra. Otro merengue le sigue y “Heladero con clase” me abre los ojos a un bello mundo donde la música es el idioma que reina. Prisca baila mientras toca, lleva el jaleo con su cuerpo, muy en especial sus hombros, verla es todo un deleite, escucharla, todo un placer.

Qué tiene el piano que cuando se toca en solo transporta a uno?!! Con “Marieva” pieza escrita por Prisca a su hermana, sale a relucir una sensibilidad y una técnica que nos “hablan” elocuentemente. Que bella ha de ser su hermana, cuanto amor hacia ella, para que se motivara a componer esta obra. Todos la conocimos anoche, Prisca nos la presentó.

Le siguen el merengue caraqueño “El viejo puente en la pastora” y la danza “Caramba”, la cual es toda una riqueza sonora a nuestros oídos. Continúa con “Lydiando merengue”, la segunda composición que escribió, y con delicados toques inicia la canción que a medida que toma cuerpo y sube el tempo te permite “ver” a todos los músicos “bailando con sus instrumentos”, que experiencia más “chula” (como decimos los dominicanos). Le siguen la alegre y bella danza zuliana “Destello de amor”, seguida por un golpe larense “Montilla” y un golpe tuyero “Desilusión”; en estas ella toca, canta y goza, disfruta de la música, nos contagia a todos con estas canciones folklóricas llenas de alegría.

Otro joropo, este oriental, “Joropordiós” es una fusión de lo mejor del folklore venezolano y el jazz, donde desde que inicia a escatear no se puede dejar de pensar en la brasileña Tania María. Le sigue un tema indígena, “Setoconao”, desde las selvas amazónicas y es en esta que Miguel muestra toda su grandeza en el manejo de los complejos ritmos en la batería. Miguel no sólo toca, también canta e involucra a todo el público en contagiosos coros. No hay persona que no esté bailando en sus asientos o cantando o acompañándolo con las palmas de las manos. Aquí descarga todo lo que tiene y nos deja no solo atónitos, pero maravillados y gratamente complacidos con su toque y su canto.

Para terminar con un pajarillo titulado “Pikirillo”, música de Prisca, letras de su padre Eduardo. Que bella canción que padre e hija nos regalan, no puedo dejar de notar el excelente manejo y uso de la izquierda en el teclado. Para gran sorpresa de todos ella se para y mientras los músicos continúan la canción ella rompe a bailar el joropo y todos nosotros ya de pies, nos movemos con ella, que manera de terminar.

Pero (si, siempre hay un pero), el público, ese gran público de la Casa, como ya es costumbre le arranca otra a cualquiera y Prisca no es la excepción. Sale sola para tocarnos “Merengue Rucaneao” y luego nos premia con una de las más bellas versiones en solo del gran estándar “All the Things that You Are” que he tenido el placer de escuchar. Y así terminó una gran noche, terminó un viaje por toda Venezuela, delicioso!!! (como diría un gran amigo) y si, creo que esa palabra lo recoge todo: “Delicioso”. Gracias Prisca, Giovanni y Miguel por ser nuestros guías en tan placentero viaje.

No hay por que compararla con nadie, es más yo me atrevería a que comparen a otras con ella. Señores, sin duda alguna Prisca es Prisca!!!

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Como de costumbre, una reseña bien escrita. Nos haces volver a "ver y oir" el concierto con tus palabras.

Ojala y más Priscas puedan venir al país y darnos a conocer de su cultura de la manera que ella lo hizo anoche.

Y tu amigo Fernando, sigue con tu pluma y tu camarita reportándonos lo mejor de lo mejor. Y tomando un poquito de la canción, sigue haciéndolo: "A tu manera!!"

Anónimo dijo...

Tremendamente sicronizada la magia de el GUY..Prisca, junto a su intreresante repertoir y sus inmensurables musicos!!..

Tasty one more once gig ya!!..

Anónimo dijo...

Desde hace mucho vengo leyendo tus crónicas, reseñas, entrevistas y otros. Como el artista que en canvas plasma su obra para que todos puedan verla, tu lo logras con palabras.

Frescos y con detalles, con gran contenido son los retratos que nos ofreces. Nunca rutinario, nunca empalagoso. Siempre sencillos, cálidos, humanos.

Hay alguien que siempre te pone "Tasty, One More Once!!" en los comentarios de tus artículos, y esa persona tiene toda la razón.

Fernando, tu y tu Blog definitivamente son "Tasty". Que siempre te motives a seguir escribiendo a favor de nuestros músicos, de nuestro Jazz, de nuestra cultura. Esto beneficiará a muchos, en especial a nosotros que por este maravilloso Blog conocemos, aprendemos y disfrutamos de la música de los músicos, nuestros músicos.

Y, cierro con un "One More Once"!!!

Anónimo dijo...

Hola, siempre leo tus mails, gracias por mantenerme al tanto de todo alla, también felicitarte por hacer tremendas entrevistas y reportajes con gran calidad y entendimiento de la materia, suerte por alla y aqui te envio algunos videitos que hay recientes en mi carrera.....Espero que te gusten....

Pablito Peña (Pablitodrums)

Anónimo dijo...

Esto no es un reportaje.
ES UNA JOYA.
GRACIAS.

F. Polanco

Anónimo dijo...

Hola querido Fernando,

Gracias a ti por todas tus atenciones por todo.
Espero volver muy pronto.

Un abrazo gigante!!!

Prisca